Opinión

COLUMNA ÍNFULAS: “Te guste o no”…el rostro cínico del poder

 

Por: Luz Elena Hernández Niño. Abogada.

Mientras el país arde, nos distraen con los desvaríos misóginos de un futbolista. Y aunque la violencia ha sido por años el pan de cada día, los escenarios actuales son cada vez más cruentos, y la respuesta de las autoridades, más desoladora.

Con profunda tristeza, y no menos indignación, leí los titulares sobre las declaraciones de la gobernadora de Veracruz respecto al caso de la maestra jubilada Irma Hernández, quien trabajaba como taxista y fue reportada como desaparecida, secuestrada y posteriormente hallada sin vida. En lugar de un informe transparente y riguroso, el gobierno veracruzano decidió zanjar el caso con una rueda de prensa desprovista de empatía y respeto por la verdad.

Rocío Nahle, en tono autoritario, declaró que la maestra murió “de un infarto… les guste o no”. Así, sin una autopsia pública, sin esclarecer las condiciones de su muerte, y con un desprecio evidente por quienes se atrevieron a dudar de la versión oficial.

Ese “les guste o no” no es solo una frase imprudente, es la síntesis del poder cuando se vuelve sordo, insensible y dictatorial. Es un mensaje que rebasa el caso particular y que representa una forma de gobernar. Una en la que el Estado exige sumisión a su versión, aunque esté plagada de omisiones. Una en la que la justicia no es más que un acto de imposición.

El desconsuelo no es exclusivo de los deudos, es un dolor compartido por un país entero que ve cómo, cada vez con más frecuencia, las autoridades sepultan la verdad junto con las víctimas. La narrativa oficial se impone, aunque sea inverosímil, aunque lastime, aunque nos acerque peligrosamente a lo que ya parece un estado fallido.

Mientras tanto, en Tamaulipas, el lunes trajo su propio episodio de descontento a un sector de la sociedad. La Fiscalía General de la República ejecutó una orden de aprehensión contra Guillermo Aguilar Flores, líder de los productores de sorgo en la frontera del estado, acusado de bloquear vías generales de comunicación. El motivo: exigir lo que se les prometió en campaña, un pago justo por tonelada de sorgo. Hoy reciben entre $3,600 y $3,800; exigen $6,000.

Al ser detenido, Aguilar declaró: “Todo por defender y alzar la voz por precios justos y un campo digno.” No hay en su protesta una ocurrencia radical ni una agenda subversiva, aunque algunas voces acusen a los panistas de estar detrás del telón, lo cierto es que, en su exigencia hay una lucha legítima. Años de abandono han llevado a los campesinos a arriesgarlo todo, incluso la legalidad, para ser escuchados.

Antes, frente a estos conflictos, se buscaba el diálogo, hoy se responde con arrestos y castigos ejemplares, pero… ¿Por qué? ¿Por qué ahora sí se aplica la ley con rigor? ¿Será que al gobierno no le gusta que le bloqueen el camino, pero sí cerrar los ojos ante el sufrimiento ajeno?

Y es que alzar la voz es un grito desesperado, un último recurso. Justamente en este momento cientos de familias con pacientes con cáncer están evaluando y planeando hacer una marcha a nivel nacional por falta de medicamentos en los hospitales. ¿Se imagina la desesperación?

VERDAD INCOMODA: El país se fractura, la consigna parece clara, que nadie cuestione, que nadie incomode, que nadie exija. “Te guste o no”, nos dicen, y frente a eso, solo nos queda cuidarnos entre nosotros… como siempre. Porque el Estado ya decidió que no lo va a hacer.

Por hoy es todo. Gracias y hasta pronto.

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