COLUMNA ÍNFULAS: “Siete años después, siguen culpando al pasado”

Por: Luz Elena Hernández Niño.
Comunicadora y Abogada | Fundadora de Altiplano al Día | Autora de Ínfulas, columna de análisis político y jurídico.
No era la respuesta que queríamos, pero sí la que muchos sabíamos que daría a los mexicanos: “Condenamos el homicidio” y “no habrá impunidad”. Del gobierno que presume ser “humanista”, sinceramente no esperaba nada… y aun así, Claudia Sheinbaum logró decepcionarme.
De los Congresos estatales tampoco se podía esperar mucho, (No lo hicieron antes, ahora menos), algunos, con suerte, guardaron un minuto de silencio por el asesinato de Carlos Manzo, otros, ni eso. La excepción, digna de mencionarse, fue la diputada chiapaneca Jovannie Maricela Ibarra Gallardo, quien desde la tribuna del Congreso local se atrevió a decir lo que muchos pensamos, pedirle a la presidenta que renuncie.
Cuando el país necesitaba liderazgo, un mensaje claro que diera dirección en medio de la tragedia, la Presidenta eligió reciclar la vieja estrategia de su mentor, Andrés Manuel López Obrador; culpar al pasado.
Dijo que la violencia en Michoacán es consecuencia de la “fallida guerra contra el narco” de Felipe Calderón y Peña Nieto. Estrategia que califico como doce años de errores, pero omitió lo evidente, Morena lleva ya siete años gobernando el país, y si su estrategia “diferente” realmente funcionara, hoy no sería peligroso alzar la voz. La presidenta no fue congruente, no asumió su responsabilidad por ser un lamentable hecho registrado durante su gestión, ni mucho menos pidió disculpas, como algunos pensaron que lo haría.
A estas alturas, aventar culpas ya no alcanza. El país entero esperaba un atisbo de luz, una palabra que diera esperanza, pero en lugar de eso, vimos a una Presidenta enojada, confrontativa y dispuesta a perseguir críticos en redes sociales.
A quienes piden su destitución los llamó “carroñeros”, y anunció con firmeza la investigación de cuentas de Facebook que “difunden información negativa” sobre la Cuarta Transformación. Así de grave está el panorama, así de devastadora fue la mañanera del lunes 3 de noviembre.
Textualmente, Sheinbaum dijo que esas cuentas falsas “solo buscan argumentos para ir contra el gobierno”, y que “no les interesa la paz ni la seguridad del país”, y aunque tiene razón en que existen politiquillos oportunistas, parece olvidar que también hay miles de ciudadanos reales, con cuentas reales, hastiados de un gobierno que les ha fallado una y otra vez.
Ciudadanos que viven entre préstamos imposibles, abrazos que no detienen balas y una corrupción que ya no puede ocultarse. Ahí está, por ejemplo, el caso del senador Adán Augusto, que se burla de los reclamos ciudadanos asegurando que “solo un milagrito de la Virgen podría lograr que lo investiguen”, ¿Le parece justo que la mandataria federal anuncie enérgicamente investigaciones para comentologos de redes sociales y no contra el líder de “La Barredora” en Tabasco y sus contratos a petróleos mexicanos en Dos Bocas?
Pero no es solo la oposición la que hoy alza la voz, es el pueblo, y ese pueblo ya no tiene miedo. El gran avance anunciado por la Presidencia fue el llamado “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”, con tres ejes: Seguridad y justicia, Desarrollo económico con justicia y Educación y cultura para la paz.
Nos suena, ¿no?, palabras recicladas de todas las políticas públicas de los últimos siete años, si de verdad quieren hacer algo distinto, que le llamen “Plan México por la Paz y la Justicia”, porque todo el país está clamando por atención, seguridad y resultados.
Con ese título regional, lo único que lograrán es justificar otra millonada de recursos y, si nos descuidamos, pedir nuevos préstamos internacionales. Esa historia ya la conocemos, la aplicó el PRI, la repitió el PAN… y ahora la reestrena Morena.
La postura presidencial reforzó la ola de indignación y reavivó el clamor por la revocación de mandato. La marcha convocada por jóvenes para el 15 de noviembre ha ganado fuerza, aunque como siempre, algunos actores políticos intentan subirse al tren del descontento. Ojalá los organizadores sepan mantenerla pacífica y apartidista, porque el reclamo es de todos, no de un partido.
El gobierno lo sabe, por eso intenta contener el fuego. Ricardo Monreal ya salió a decir que “no hace falta la marcha, porque la Presidenta se someterá a la revocación de mandato”. Pero el país ya no le cree, ya conocemos sus encuestas y elecciones “a modo”.
VERDAD INCOMODA: La paciencia ciudadana se agotó, y el silencio, ese eco incómodo que retumba cada mañana, ya no lo pueden tapar ni con discursos, ni con culpas, ni con planes reciclados.



