Opinión

COLUMNA: ÍNFULAS.

 Por Luz Elena Hernández Niño.

“Municipio 44: el movimiento que incomoda a San Fernando”

Después de más de cuatro décadas, resurge con fuerza la inquietud, y para muchos, la necesidad de convertir a la Colonia Agrícola Francisco González Villarreal, perteneciente al municipio de San Fernando, en el municipio número 44 de Tamaulipas.

Lo que durante años fue una aspiración dormida, ha vuelto a la conversación pública con más convicción que nunca. En esta ocasión, la iniciativa no sólo revive en la memoria colectiva de sus habitantes, sino que comienza a materializarse en acciones concretas. Jóvenes profesionistas, entre ellos el abogado Everardo Valdez Torres, sobrino de Filadelfo Valdez Solís, uno de los primeros impulsores del proyecto, han alzado la mano para encabezar los trámites legales y políticos necesarios para lograr la emancipación municipal.

El primer paso está dado: se ha retomado el sueño. Pero el camino, largo y complejo, apenas comienza. ¿Qué se necesita para formar un nuevo municipio? La legislación es clara, aunque estricta. De acuerdo con el Artículo 11 del Código Municipal de Tamaulipas, la creación de un nuevo municipio requiere cumplir con cinco condiciones básicas:

  • Una población suficiente para garantizar la prestación de servicios municipales;
  • Capacidad económica: fuentes de ingreso y presupuesto para sostener la administración pública local;
  • Infraestructura mínima: oficinas, escuelas, centro de salud, mercado y panteón;
  • Servicios públicos funcionales, sobre todo agua potable y policía preventiva;
  • Opinión favorable del municipio afectado, en este caso, San Fernando, y no comprometer su viabilidad económica.

Además, cualquier iniciativa de este tipo debe someterse a un proceso que incluye estudios técnicos, consultas ciudadanas y finalmente la aprobación del Congreso del Estado por mayoría calificada. ¿Cumple González Villarreal con los requisitos?, Es aquí donde empieza el debate de fondo. Quienes apoyan la creación del nuevo municipio argumentan que González Villarreal no sólo cumple con los requisitos, sino que necesita urgentemente su independencia para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Acusan abandono, falta de inversión pública y poca representación en las decisiones del gobierno municipal de San Fernando.

Sin embargo, también es válido preguntarse: ¿tiene esta comunidad la infraestructura y solidez fiscal necesaria para sostener una administración propia? Y, sobre todo, ¿es esta iniciativa resultado de un análisis serio y colectivo, o de intereses políticos individuales? La respuesta la tiene cada uno de los habitantes de la comunidad, “los de afuera” solo somos espectadores.

Más allá del trámite legal, viene un reto más: el aspecto político. No debe pasarse por alto, es la postura que adoptarán los legisladores locales ante esta propuesta. ¿Respaldarán la autodeterminación de una comunidad o priorizarán la estabilidad del municipio madre? ¿Cómo reaccionará la actual administración de San Fernando ante un movimiento que, en los hechos, podría verse como una crítica directa a su desempeño?

La discusión sobre el municipio 44 no será simplemente un tema administrativo. Es una oportunidad para debatir cómo se ejerce la gobernanza local, cuáles son los límites del centralismo municipal, y qué mecanismos tienen los ciudadanos para cambiar su realidad cuando consideran que las autoridades ya no los representan.

La historia está en construcción. Y esta vez, todo parece indicar que González Villarreal no quiere seguir esperando otros 40 años.

Por hoy es todo. Gracias y hasta pronto.

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