COLUMNA ÍNFULAS: “Nueva era del Poder Judicial… con los mismos de siempre”
Por: Luz Elena Hernández. Abogada.
Este martes, al mediodía y bajo los reflectores del Polifórum, los nuevos magistrados y jueces del Poder Judicial del Estado rendirán protesta ante el Congreso. El ritual ya lo conocemos, brazos alzados, aplausos a medias y las infaltables fotos para el álbum institucional. Todo muy solemne, todo muy predecible.
Pero no se deje engañar, aunque haya caras nuevas, (por cierto, perfiles sin experiencia que el estado tuvo que capacitar para “el cargo”) el fondo es el mismo. Los de siempre, esos nombres bien conocidos en pasillos judiciales y cafés políticos, siguen firmes en la estructura. Reciclados, reacomodados y bien cobijados por los partidos, en especial por Morena, que supo capitalizar las urnas. En Tula, por ejemplo, a pesar de las quejas, la jueza del Juzgado Mixto repetirá en el cargo. ¿Cambio? Más bien, permanencia disfrazada.
¿Y qué hay de la legitimidad del proceso? Las dudas no son rumores, están documentadas en los debates del Tribunal Electoral. Ahí están los famosos “acordeones”, esas guías de voto que, según se probó, influyeron directamente en la elección judicial. ¿Hubo consecuencias? Ninguna, impunidad intacta.
Aun así, nos venden el cuento de una nueva etapa, menos costos, cero compadrazgos, más eficiencia. Suena bien, pero basta mirar quiénes llegaron a las direcciones clave: amigos, aliados, cuotas. ¿Reforma? No nos engañemos, es la misma historia, con un título diferente.
Y sin embargo, le damos el beneficio de la duda. No porque se lo hayan ganado, sino porque la justicia no puede esperar. Puede que el discurso sea una simulación, pero la necesidad de un sistema judicial ágil, creíble y limpio es real, urgente y vital. Y si no le hacen justicia, tendrá usted la opción de acudir al Tribunal de Disciplina Judicial, su función principal será garantizar que jueces y magistrados actúen con ética, profesionalismo y respeto a la ley, de lo contrario, los sancionará por faltas graves en el ejercicio de la justicia. Así que ya lo sabe, si es víctima de alguna ilegalidad, no lo dude y acuda a interponer su queja.
Todo lo demás, los abrazos, las sonrisas, los discursos huecos de hoy, pueden archivarlo junto con las fotos de la ceremonia. Lo que importa ahora no es el show, es la justicia, y el tiempo, como siempre, tiene la última palabra.