Opinión

COLUMNA: ÍNFULAS “¿Cuánto vale la vida? En México, menos de 200 pesos”

Por: Luz Elena Hernández Niño. Abogada.

Mientras el aparato político de Morena y su “cuarto piso de la transformación”, cierran filas para proteger con manto sagrado a figuras como Adán Augusto López, a quien ningún escándalo o vínculo parece rozar ni siquiera la cercanía con su exsecretario de Seguridad en Tabasco, hoy prófugo de la justicia, en las calles, en las carreteras y en los hogares se desatan tragedias que claman justicia y no la encuentran.

Este fin de semana, el luto tocó nuevamente a Tamaulipas. En un trágico accidente perdieron la vida Romel Garza Cipriano, médico veterinario, perito de la UNAM, activista y fundador de Vive Mujer A.C., y su esposo Noé López, un joven matrimonio que trabajaba activamente por los derechos humanos, en especial de las mujeres. ¿La causa? un choque frontal provocado por jóvenes menores de edad, presuntamente alcoholizados.

El escenario del crimen, porque eso fue, estuvo plagado de irregularidades desde el primer momento. Testigos aseguran que el vehículo que embistió a la pareja circulaba a exceso de velocidad, y sin embargo, no se aplicaron pruebas de alcoholemia, no se aseguraron los vehículos, no se levantaron huellas ni peritajes, ni siquiera se actuó con el mínimo de rigor que el protocolo exige en accidentes con víctimas fatales.

Peor aún, la versión oficial se modificó, primero se informó que había dos ocupantes en el vehículo responsable, después resultaron ser cuatro, tres hombres y una mujer, quien aparentemente conducía. Tampoco todos eran menores de edad, como se intentó hacer creer en un primer momento; uno de ellos tiene 21 años y debe ser procesado como adulto, conforme a la ley.

Los familiares de Romel y Noé han enviado una carta abierta al gobernador exigiendo una investigación seria y sin simulaciones. También hacen un llamado a la sociedad para que aporte cualquier evidencia que ayude a esclarecer los hechos. ¿Por qué se encubre a los responsables? hoy están en libertad, ¿Por qué la policía actuó con desidia? ¿Por qué el Ministerio Público parece más preocupado por maquillar los hechos que por hacer justicia?

Lo más doloroso es que este no es un caso aislado. En Tula, otro joven permanece con secuelas graves tras un accidente similar donde, nuevamente, la autoridad no actuó, no hubo peritajes, no hubo investigación, no hubo responsables. Solo víctimas.

Y aquí surge otra dimensión del problema, nosotros, los padres de familia. Es cierto que nuestros hijos deben aprender a manejar, ganar independencia y madurar, pero también es nuestro deber educarlos en la responsabilidad. No basta con regalarles un auto o permitirles usar el nuestro, debemos vigilar, enseñar, advertir. Un vehículo en manos imprudentes es un arma, y si se combina con alcohol, el resultado puede ser trágico, como lo fue esta vez…y muchas otras.

Por eso, los operativos anti-alcohol no deben ser vistos como molestias, sino como una necesidad urgente. Eso sí, deben funcionar sin corrupción, porque mientras un billete de 200 pesos siga comprando impunidad, seguirá también comprando muertes. Y eso nos hace cómplices.

¿Hasta cuándo vamos a tolerar este círculo de omisiones? ¿Hasta cuándo vamos a seguir enterrando jóvenes mientras el sistema protege culpables, diluye responsabilidades y abandona a las víctimas?

VERDAD INCOMODA: La indignación ya no basta. Exijamos justicia con voz fuerte. Porque si hoy fueron Romel y Noé, mañana pueden ser nuestros seres queridos, amigos muy cercanos o nosotros mismos …es fuerte la reflexión, lo sé, y no busco ofender los sentimientos de nadie, ni de usted amigo lector, pero es necesario decirlo, y repetirlo EN VOZ ALTA Y CON MAYÚSCULAS, las veces que sean necesarias.

Por hoy es todo. Gracias y hasta pronto.

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