COLUMNA: PAPIROS

A escasos 20 días de celebrarse la elección de los juzgadores que integrarán el

Poder Judicial Federal, somos testigos de unas campañas que invariablemente sirven de promoción de la imagen personal de los aspirantes, por cualquier medio, pero que poco dejan ver en cuáles son las principales directrices a tomar una vez que –de resultar ganadores-, se encuentren en el cargo.

Al ver las campañas que desarrollan los aspirantes –aquellas que aparecen en

redes sociales primordialmente y en algunos medios de comunicación-podemos

advertir una falta de claridad en los candidatos sobre cuál es la problemática que existe en el Poder Judicial Federal, y como es que la van a resolver, es decir, que hace la diferencia de ellos respecto a sus contrincantes, y lo más importante, que acciones van a tomar para mejorar la función judicial.

Por principio de cuentas, queda claro que la labor de un juzgador no es la elaboración de las políticas públicas de la Nación, ni el dictado de lineamientos generalizados para la conducción de la gobernabilidad del país, sino que su función es resolver controversias mediante el dictado de sentencias, en las cuales se

aplique estrictamente la Ley, tutelando siempre el más estricto respeto a los derechos humanos, todo ello bajo los principios de igualdad y equidad.

Asimismo, otra de las labores que deben ser desarrolladas por los Tribunales, y que

poco se habla de ella, es la ejecución de las sentencias que son dictadas, es decir,

que dichas resoluciones sean acatadas por los contendientes e incluso por las autoridades, cualquiera que éstas sean, concretando con ello la impartición de justicia que tienen encomendada.

De ahí que la problemática judicial verse sobre ese campo de acción, es decir, sobre

la eficiencia que los Tribunales deban tener en la resolución de las controversias que son sometidas su conocimiento, y el seguimiento que éstos deban dar para que se logre la puntual ejecución de sus sentencias, labor que se traduce en la materialización de la seguridad jurídica.

Sobre dichos temas, hasta ahora poco se escucha en las campañas, por lo que la

pregunta que surge es, si los candidatos tienen clara que esa es la función de un juzgador, y de resultar triunfadores si estarán comprometidos con la labor que desempeñarán, más allá de la popularidad que logren acumular en estas

campañas…