Por: Margarito Ortiz G. Abogado Penalista.
En la época en que nos tocó estudiar la Licenciatura en Derecho en particular, que lo fue del periodo de 1990 a 1995, era complicado en cierta manera, con situaciones precarias que algunos vivíamos o algunos otros Vivian en la comodidad, y bien por ellos, su servidor me tenía que trasladar desde Ciudad Mante a Ciudad Victoria en autobús, llevando ya mi maleta con la ropa lista, pues no contaba con servicios básicos como energía eléctrica donde vivía, y de lunes a viernes ir a la Universidad, y cuando teníamos tareas, teníamos que obtener esa información de la Biblioteca Pública que se ubicaba a un lado del Supremo Tribunal de Justicia, y ahí pasábamos horas tratando de realizar la tarea que nos encargaban, y posterior a ello, me trasladaba hasta mi domicilio; en ocasiones, hasta muy tarde concluíamos nuestras tareas; y al día siguiente tomar dos camiones para llegar a la Universidad; es decir no teníamos la tecnología que ahora se tiene; empero el ánimo de tener una profesión, las ganas de salir adelante provocaban que perdiéramos momentos de competencias deportivas, reuniones de amistades entre otras.
¿Y que sucede en la actualidad?, muchos jóvenes –no digo que todos-, teniendo la tecnología a la mano, no solo computadora, celular, tablets, con solo pulsar un botón obtienen toda la información que requieren para obtener sus tareas, y no solo de la profesión de derecho, de Ingeniería, Contador Público, etcétera, y muchos de ellos, pudiendo terminar la profesión, no lo hacen, prefieren las cosas fáciles, obtener dinero pronto, un trabajo que les paguen bien, y eso provoca que sean un poco menos los estudiantes que concluyen una profesión; se debería hacer una reflexión, para precisamente desde los docentes, los padres, inculcarles a esos estudiantes que, tener una profesión, es una gran posibilidad de mejorar sus vidas profesional, económica y laboralmente, que aunque sean periodos que tardan varios años, si se esfuerzan obtendrán la recompensa de una profesión y sobre todo una mejor vida.
Y ello no significa que se pierdan de tener sus momentos de diversión, amistades, convivencia, pero siempre con responsabilidad; si supieran lo que muchos tuvimos que esforzarnos, dejar a nuestras familias del hogar de la familia para poder superarnos profesionalmente, realmente cambiarían su perspectiva de vida y prioridades.
Por hoy es todo….